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jueves, 22 de diciembre de 2011

El reino de las sílabas


HISTORIA DE UN GATO BRITÁNICO*

    En un aeropuerto de cualquier punto de Brasil, había un brécol y una breca esperando la llegada del vuelo BRO-348 que venía de Bruselas. Ambos eran espías al servicio de la bruja Salobre. Para pasar inadvertidos leían un libro de bricolaje. La breca llevaba un brazalete de brillantes en su brazo derecho. El avión se retrasaba y empezaron a sentir hambre y sed, así que fueron a la cafetería de suelo brillante y platos de cobre. De pronto un hombre con aspecto de bribón les entregó un sobre y una brújula. Abrieron el sobre. Éste contenía un mensaje en clave: «El brigadier está en Bretaña con la brassía mágica». Aquello había que interpretarlo y mientras comían brevas lo descifraron ayudados por un librillo de claves de espionaje. En realidad el mensaje decía: «El gato está en Bretaña con la brassía (orquídea mágica)», objeto de la búsqueda. Estaba claro que aunque el brécol y la breca eran dos brillantes espías, el gato británico había burlado su vigilancia. La brújula significaba que desde luego habían «perdido el norte», una bromita de la bruja Salobre. En fin!, partamos hacia Bretaña, y abrochándose el abrigo tomaron el vuelo más rápido que pudieron hacia la tierra de los bretones. Les tocó como compañero de viaje un labrador que llevaba una liebre y una cabra. La cabra se comió todos los periódicos que regalaban así que no se pudieron enterar de la actualidad mundial. Cuando intentaban dormirse, el labriego les dijo de forma breve: «Mi nombre es Ambrosio y el de mi cabra Brillantina y a la liebre le he puesto Broma, porque es muy bromista». Después les invitó a probar un brebaje fresquito. El brécol y la breca habrían pre­ferido una brocheta de carne, pero aceptaron. Cuando se tomaron el potingue cayeron en un sueño profundo. El labrador se quitó el disfraz, no era otro que el gato británico, agente con licencia para pintar, así que sacó de su zapato una brocha y mojándola en jengibre azul, pintorreó los rostros de los agentes breca y brécol. Se rió un buen rato de ellos y abriendo su paracaídas, salió del avión en caída libre. ¡Adiós!, que sois unos brutos. ¡Ja, ja, ja,...! 

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