HISTORIA DE UN GATO BRITÁNICO*
En un aeropuerto
de cualquier punto de Brasil, había un brécol y una breca esperando la llegada
del vuelo BRO-348 que venía de Bruselas. Ambos eran espías al servicio de la
bruja Salobre. Para pasar inadvertidos leían un libro de bricolaje. La breca
llevaba un brazalete de brillantes en su brazo derecho. El avión se retrasaba y
empezaron a sentir hambre y sed, así que fueron a la cafetería de suelo
brillante y platos de cobre. De pronto un hombre con aspecto de bribón les
entregó un sobre y una brújula. Abrieron el sobre. Éste contenía un mensaje en
clave: «El brigadier está en Bretaña con la brassía mágica». Aquello
había que interpretarlo y mientras comían brevas lo descifraron ayudados por un
librillo de claves de espionaje. En realidad el mensaje decía: «El gato está en
Bretaña con la brassía (orquídea mágica)», objeto de la búsqueda. Estaba claro
que aunque el brécol y la breca eran dos brillantes espías, el gato británico
había burlado su vigilancia. La brújula significaba que desde luego habían
«perdido el norte», una bromita de la bruja Salobre. En fin!, partamos hacia
Bretaña, y abrochándose el abrigo tomaron el vuelo más rápido que pudieron hacia
la tierra de los bretones. Les tocó como compañero de viaje un labrador que
llevaba una liebre y una cabra. La cabra se comió todos los periódicos que
regalaban así que no se pudieron enterar de la actualidad mundial. Cuando
intentaban dormirse, el labriego les dijo de forma breve: «Mi nombre es Ambrosio
y el de mi cabra Brillantina y a la liebre le he puesto Broma, porque es muy
bromista». Después les invitó a probar un brebaje fresquito. El brécol y la
breca habrían preferido una brocheta de carne, pero aceptaron. Cuando se
tomaron el potingue cayeron en un sueño profundo. El labrador se quitó el
disfraz, no era otro que el gato británico, agente con licencia para pintar, así
que sacó de su zapato una brocha y mojándola en jengibre azul, pintorreó los
rostros de los agentes breca y brécol. Se rió un buen rato de ellos y abriendo
su paracaídas, salió del avión en caída libre. ¡Adiós!, que sois unos brutos.
¡Ja, ja, ja,...!